lunes, 5 de octubre de 2009

Dale gaaaaaaaaaasssssssssssss!

El viaje es fatal, sobre todo si activia te vendio esa falsa idea de bienestar de que, cagando, sos mas feliz, vas a estar mejor (y por lo tanto los tuyos estan mejor si vos estas bien) o vas a poder disfrutar de tus vacaciones.
La publicidad se volvio para mi, una tortura y fuente de calenturas importantes ya que, ademas de ser bastante insoportable, me gusta buscarle la vuelta a las cosas, entender porque algo es como es, en lugar de aceptar que las cosas simplemente son y ya.
Despues de leer un libro de sociologia, que habla sobre la felicidad (y como ese pretexto es usado para intentar vendernos cualquier cosa desde una bebida alcoholica hasta yogurt para cagar) como una utopia inalcanzable, un concepto y que el negocio no es alcanzarla, sino tenernos a tiro en la carrera infinita de perseguir eso que no llega nunca (la felicidad) y que va mutando todo el tiempo (hay que descartar el viejo fetiche por uno nuevo, reluciente, mas caro que el anterior) y varias ideas mas, empece a odiar mas profundamente a esos tipejos que curran mucha guita con el negocio de las propagandas.
Carecen de poetica, de arte e ideas, simplemente aplican la misma formula una y otra vez, machacando tantas veces con el puto yogurcito que al final hasta uno duda si la vida sera distinta a fuerza de tragar un liquido repulsivo y diarreico.
Seremos todos tan pelotudos que nos volvimos eso, un engranaje de un sistema que solamente a traves de la repeticion logra exprimirnos un mango dia a dia de nuestra sodomizada existencia?
Y donde quedaron esos deseos de ser mejores, de que no haya pibes durmiendo en la calle, de que no haya familias buscando comida en la basura y que esos hijos de puta que vueven nuestras vidas mas miserables vayan en cana para volverse sombras y un mal recuerdo?
Al final, matrix es verdad, somos una pila que alimenta a la pacha mama cibernetica, ese patron que nadie sabe bien a ciencia cierta quien carajo es, pero a quien todos de a poco le vamos entregando los colgajos de nuestra patetica alma.
La diferencia con la maravillosa pelicula, es que el elegido aca es Pepe Pompin, un titere sin titiritero: estamos al horno!